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sábado, 25 de junio de 2011

El león y el ratón (Mi libro de segundo Parte 1)

A partir de aqui subiré algunas páginas más correspondientes a los libros llamados "Mi libro de segundo" partes 1 y 2, donde también venían algunas lecturas pero sobre todo ejercicios. Ya había subido unas páginas anteriormente pero me han hecho varias sugerencias de lecturas que aparecen aquí, lo cual hizo que valiera la pena dar un segundo repaso a estos libros para subir un poco más de ellos.

Y comenzamos con esta lectura del león y el ratón.



Esa cara de angustia del ratón es genial, ha ha.

Y en la siguiente página venía la actividad relacionada con la lectura, además de otro dibujo que representaba el final de la historia, donde el león reconoce el valor del ratón.


Hasta ahora me dí cuenta que el león está haciendo el brazo como enseñando su músculo, siempre pensé que así tenía el brazo. Por otro lado, los zapatos del ratón estaban medio raros, bueno, más raro era que usara zapatos.

Y ahora me doy cuenta por qué tengo tan fea letra, si desde niño parecía que escribía con las patas. Lo único bueno es que no tenía tan mala ortografía, solamente algunas fallas en el uso de comas y acentos pero ningún error en las letras. Y me imagino que en mi anotación me refería a mi madre, pues en lo que podía ayudarla era en los quehaceres de la casa y a "cuidarla si está enferma" jeje.

Esta fábula del león y el ratón se le atribuye a Esopo, aunque también otros famosos escritores de fábulas hicieron sus respectivas versiones (La Fontaine y Samaniego).

Esta es la versión de Esopo:

Dormía tranquilamente un león, cuando un ratón empezó a juguetear encima de su cuerpo. Despertó el león y rápidamente atrapó al ratón; y a punto de ser devorado, le pidió éste que le perdonara, prometiéndole pagarle cumplidamente llegado el momento oportuno. El león echó a reir y lo dejó marchar.
Pocos días después unos cazadores apresaron al rey de la selva y le ataron con una cuerda a un frondoso árbol. Pasó por ahí el ratoncillo, quien al oir los lamentos del león, corrió al lugar y royó la cuerda, dejándolo libre.
- Días atrás -le dijo-, te burlaste de mí pensando que nada podría hacer por tí en agradecimiento. Ahora es bueno que sepas que los pequeños ratones somos agradecidos y cumplidos.
Moraleja: Nunca desprecies las promesas de los pequeños honestos. Cuando llegue el momento las cumplirán.




Versión de La Fontaine:

Debemos ser generosos con todos, pues en cualquier momento necesitamos la ayuda de alguien más humilde que nosotros. De esta verdad estas fábulas darán fe en un instante.
Saliendo de su agujero harto aturdido, un ratoncillo fue a caer justo en las garras del león. El rey de los animales, demostrando su poder, le perdonó la vida. Su generosidad no fue en vano, porque ¿ quien hubiera creído que el león pudiera necesitar un día de la gratitud de un sencillo ratoncillo ?
Sucedió que en cierta ocasión en que el león salió de su selva, cayó en unas redes, de las cuales no podía librarse con sus fuertes rugidos. Lo oyó el ratoncillo, y acudió al sitio. Trabajó tan bien con sus pequeños dientes, que una vez roída una malla, el león terminó de desgarrar la trama entera.
En ciertos casos pueden más la paciencia y el tiempo que la ira y la fuerza.
Y una buena acción, en algún momento tiene su recompensa.


Y la de Félix Ma. Samaniego:

Estaba un ratoncillo aprisionado
en las garras de un león; el desdichado
en la tal ratonera no fue preso
por ladrón de tocino ni de queso,
sino porque con otros molestaba
al león, que en su retiro descansaba.
Pide perdón, llorando su insolencia.
Al oír implorar la real clemencia,
responde el rey en majestuoso tono
(no dijera más Tito) : "¡Te perdono!"
Poco después cazando el león, tropieza
en una red oculta en la maleza.
Quiere salir; mas queda prisionero.
Atronando la selva ruge fiero.
El libre ratoncillo, que lo siente,
corriendo llega, roe diligente
los nudos de la red, de tal manera,
que al fin rompió los grillos de la fiera.
Conviene al poderoso
para los infelices ser piadoso;
tal vez se puede ver necesitado
del auxilio de aquel más desdichado.


Fuente: Wikipedia y Wikisource

6 comentarios:

  1. Excelente entrada maestro, claro, pero clarooo que lo recuerdo perfectamente ... era una de mis moralejas favoritas, jajaja y yo tambien recuerdo que en esas lineas donde pones tu pensamiento, el mio estaba tambien lleno con una letra horrorosa, jajaja una tia lo vio en aquel tiempo y me dice: "Ay Mijo que bonito pensar, pero tienes que mejorar esta letra", jajaja me liquidó ... eso fue por alla del 89

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  2. A mi me tocó hacer las marioneta, era muy padre porque siempre al final del año, uno llevaba todos los trabajos que habiamos hecho durante el curso y me daba mucha emocion ver mis trabajos ahi como si de una galeria de arte o museo se tratase, eran años muy bonitos jeje

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  3. te agradezco por recordar estas lecturas tan maravillosas. estaba buscando un sitio donde leelas y vaya, este esta genial, sigue subiendo mas un saludo

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  4. Había una historia de un león, sólo me acuerdo de las imágenes, ya que me gustaba dibujarlas, era de un pequeño león que al final se convierte en rey o algo así (el dibujante le pone una corona), me parece que ha de ser de cuarto o quinto grado, me gustaría ver de nuevo esas imágenes, si fuera posible. Gracias

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  5. Mas adelante subiré esa lección que mencionas del león con la corona.
    Saludos.

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  6. A mí me daba miedo las personas grandes, gritonas y enojonas, me gustaba la lectura por que me imaginaba siendo ese ratón que llegaba en auxilio de las personas antes mencionadas, ahora pienso diferente y me sigue gustando la lectura.recuerdo también una historia de una niñita que quería un ojo en su dedo, la he buscado, no recuerdo el título pero agredecería infinitamente si alguien la publica ya que se la he contado a mis hijos y está ansiosos por leerla, gracias.

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